Para los conocedores del vino, esto puede ser una tarea fácil, pero para algunos es algo realmente difícil. A continuación 5 consejos para elegir adecuadamente el vino para la cena:
1. En caso de duda, lleve el burbujeante
Aunque parezca mentira, si no tienes ni idea de lo que hay en el menú, uno de los mejores vinos para llevar es un champán o un vino espumoso. Te sorprenderá la cantidad de platos que combinan bien con él. Mi más reciente sorpresa de maridaje entre vino espumoso y comida fue el sushi: ¡los dos van muy bien juntos!
Si no te apetece el espumoso, intenta llevar un vino que todos puedan beber antes de que empiece la cena. Así no tendrás que estresarte por llevar un vino que no combine bien con un determinado plato. Aquí tienes un par de opciones:
Blanco
El Chardonnay es una gran opción. Ya sea crujiente y limpio o rico y mantecoso. Si quiere parecer un verdadero conocedor de vinos, busque un Albariño. Los albariños son excelentes vinos españoles para cualquier momento.
Tinto
El Pinot Noir es una buena opción para todo. Si le gustan los vinos con mucha fruta, compre una botella de pinot noir de California u Oregón. Si le gustan los tonos más terrosos, busque un pinot noir francés de Borgoña.
2. Tenga en cuenta las preferencias vinícolas de sus invitados
El vino tinto y el vino blanco son como las manzanas y las naranjas: completamente diferentes. En la mayoría de mis comidas, me gusta empezar con un vino blanco mientras los comensales se mezclan y comen los aperitivos, y luego cambiar a un tinto para el plato principal. Al final, todo depende de las preferencias personales de los comensales.
3. Combine su elección del vino con el menú de la cena
Hay muchas maneras de pensar en la combinación del vino con la comida. Empiece por considerar los diferentes ingredientes, empezando por la «estrella» del plato (que suele ser la proteína). La consideración secundaria debería ser la salsa.
A la hora de elegir el vino, hay que hacer coincidir la intensidad de la comida con la del vino. Por ejemplo, nunca combinarías el pollo y el arroz a la parrilla con un gran cabernet sauvignon tánico, y del mismo modo nunca combinarías un rosado ligero con un filete de res.
La sal en un plato reducirá la percepción de acidez de su paladar. Sugiero un vino muy ácido (como un sauvignon blanc francés) o un vino más dulce para conseguir ese maridaje dulce y salado.
Si va a servir un plato más dulce, querrá combinarlo con un vino dulce. El vino debe ser siempre más dulce que el plato, de lo contrario sólo sabrá a seco.
4. Busque las botellas que le proporcionen el mayor beneficio por su dinero
Hay muchas opciones de vino excelentes cuando se trata de sacar el máximo partido a su dinero. Parte de esta habilidad proviene de conocer los precios de venta al público y/o los precios de los restaurantes para ciertos vinos. Por ejemplo, he estado en algunos buenos restaurantes que venden Rombauer chardonnay por 60 dólares la botella, mientras que otros lo venden por 90 dólares la botella. A 60 dólares la botella, ¡pediré Rombauer toda la noche! Si conoces los precios de los vinos en tu tienda local, puedes hacerte una idea de los márgenes de beneficio.
5. Conozca la diferencia entre vinos secos y dulces
Es importante conocer la diferencia entre estos vinos a la hora de combinar con la comida y/o al comprar vino para alguien que prefiere uno u otro. La combinación de una comida con el vino equivocado puede hacer que tanto la comida como el vino tengan peor sabor. Esto vuelve a ser «lo que te gusta, es lo que te gusta». Si no sabe cuál es su preferencia, pruebe ambos y vea lo que piensa.